Corrupción en Venezuela — ¡y en todo el mundo capitalista!

( Suplemento Venezuela  N° 20 de «El programa comunista» N° 51 ; Diciembre de 2015 )

 

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La corrupción es un fenómeno puramente venezolano: ¡lo mismo dicen los cubanos de Cuba, los argentinos de Argentina, los afganes de Afganistán!

Es cierto que la corrupción pone muchas veces en peligro la estabilidad política de un país determinado, Brasil por ejemplo, y en cuyo desbordamiento los empresarios burgueses, participantes o cómplices frecuentes de este “flagelo”, ven un peligro para todo el equilibrio económico, es decir, hay demasiada intranquilidad como para satisfacer su necesidad de extraer cada vez más ganancias del trabajo obrero.

El corrupto es un empresario sin oficina y sin trabajadores, sin horarios, y sin leyes formales a respetar; es el capitalista en su más pura expresión, y lleva a cabo, con una disciplina desconcertante, una de las máximas del sistema capitalista: ¡“ganar más en el menor tiempo posible”! Sin embargo, el empresario que paga impuestos y obreros, y tiene un negocio establecido legalmente, como está obligado a competir con otros empresarios capitalistas, busca extraer del trabajador la mayor ganancia posible en el menor tiempo posible, exprimirlo, aumentando la jornada y la intensidad del trabajo, eliminando costos en seguridad, convirtiendo en un infierno el trabajo en las minas, la construcción, los laboratorios químicos, los reactores nucleares. ¡El capitalista clásico, cuando puede, hace lo mismo que el corrupto: rompe las reglas del juego, si no queda eliminado! (1)

Lo particular o remarcable de la corrupción en Venezuela es que ha sido llevada a cabo por gentes que se dicen socialistas bolivarianos, creadores de una teoría híbrida y pequeño-burguesa que, en lugar de ser una armadura contra la riqueza súbita en que se había sentado el país durante el periodo fastuoso, fue más bien su acicate.

Salvando las diferencias, lo que sucede a Maduro, en Venezuela, después de Chávez, ¡es lo mismo que le sucede a Russef, en Brasil, después de Lula! Es ya un axioma el hecho de que, en los países llamados emergentes, o los de débil estructura capitalista, cuando no existe o ha terminado el ciclo de bonanza petrolera o de otras materias primas, los llamados commodities, entonces toda esta realidad, que ha hecho su trabajo subterráneo durante años, aparece en toda su desnudez y dimensión.

Lo que ya advertíamos en pasadas publicaciones sobre Venezuela, observando la distorsión todavía controlable de un dólar paralelo, el hoy famoso dólar-Cúcuta o dolartoday.com (famoso sitio web anti-chavista), actualmente algunos economistas afirman que el famoso control de cambio, reformado, reformulado y reciclado varias veces, ha sido la principal fuente de una gigantesca hemorragia de divisas que solo se podía invertir de manera gananciosa en los mercados mundiales, fuera de Venezuela; la fuga de capitales en el país de los hidrocarburos alcanza la cifra conservadora de 30 mil millones de dólares anuales, qué decir de la suma acumulada durante 16 años de democracia popular bolivariana, que sumada a otros elementos financieros algunos la calculan en 2 billones de dólares  — ¡10^12! (2). Un simple índice de las dimensiones del fraude capitalista perfectamente lubricado lo expresa, por ejemplo, la importación de medicinas e insumos farmacéuticos que un tesoro público hoy empobrecido pagó, y cuyo monto ascendió durante una década (2003-2013) a la gigantesca cifra de 350 mil millones de dólares, calculados a 6,30 BsF, y, exonerados de impuestos, ¡mientras que la mayoría de las farmacias y laboratorios actualmente sufren una dramática y permanente escasez (3)! 

Así, el problema para los proletarios no es el arresto y enjuiciamento de corruptores y corrompidos para que el capitalismo funcione «normalmente», y que no haya corrupción – puesto que los capitalistas, incluso cuando son «honestos», viven de su explotación y se enriquecen de su miseria. El objetivo central no puede ser otro que el derrocamiento del capitalismo en su conjunto, y el problema es de organizarse sobre bases clasistas, independientemente de aquellos que pretenden «reformar», «moralizar» ese sistema de explotacion, y de luchar por la defensa «exclusiva de los intereses proletarios contra todos los burgueses y sus sirvientes ¡corrompidos o no!Así, el problema para los proletarios no es el arresto y enjuiciamento de corruptores y corrompidos para que el capitalismo funcione normalmente, y que no haya corrupción – puesto que los capitalistas, incluso cuando son honestos, viven de su explotación y se enriquecen de su miseria. El objetivo central no puede ser otro que el derrocamiento del capitalismo en su conjunto, y el problema es de organizarse sobre bases clasistas, independientemente de aquellos que pretenden reformar, moralizar ese sistema de explotacion, y de luchar por la defensa exclusiva de losi ntereses proletarios contra todos los burgueses y sus sirvientes¡corrompidos o no!

 


 

(1) Para una explicación más detallada, ver “Corrupción, desfalco, nepotismo son consecuencias del capitalismo y solo desaparecerán cuando este sea borrado de la faz de la tierra por el proletariado”,  http://pcint.org/40_pdf/05_Elprol-pdf/El-proletario_003-w.pdf

(2) “Un informe del analista financiero y ex funcionario del BCV, Orlando Zamora, revela que la bonanza administrada por el chavismo entre 1999 y 2015 asciende a más de 2 billones de dólares (…) Sobre un ‘océano de dólares y bolívares’ se pretendió levantar un modelo económico que hoy luce fatigado y caracterizado por un desabastecimiento crónico, recesión y las amenazas de la hiperinflación y el default”. (cf https://dolartoday.com/chavez-compania-desaparecieron-2-billones-de-dolares-en-16-anos/)

(3) cf Manuel Sutherland, «Venezuela: crisis, importación, dólares, inflación-escasez y el default inevitable»  – 01/09/15, http:// www. aporrea. org/ trabajadores/ a213256.html

 

 

Partido comunista internacional

www.pcint.org

 

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