Partido revolucionario o “gran partido socialdemócrata de masas”

Para los marxistas la Táctica y el Programa están estrictamente ligados, excluye todo tipo de democracia en su seno, y excluye toda participación en los parlamentos burgueses, problema táctico de ayer, resuelto hoy por la vía de los principios

( Suplemento Venezuela  N° 20 de «El programa comunista» N° 51 ; Diciembre de 2015 )

 

Volver sumarios

 

 

Para comprender la revolución comunista, antes que nada hay que ir a lo fundamental: la noción de un partido revolucionario cuya naturaleza y función va más allá de las necesidades políticas de los proletarios y militantes actuales, razón por la cual en periodos contrarrevolucionarios atrae pocos militantes, puesto que pocos son aquellos que pueden comprender las lecciones históricas del pasado y que el oscuro presente no se presta para ello. Así que su naturaleza y función no responden a la necesidad políticas de los militantes en un momento dado; como vemos estas son más amplias y elevadas que estas; es por esta razón que el partido no puede ser democrático. Como lo dice un texto de partido (“Dialogo con los muertos”), no se puede hacer votar a los muertos con los vivos y con aquellos que todavía no han nacido (los futuros miembros de la sociedad comunista); así, el programa del partido supera necesariamente las aspiraciones de sus miembros vivientes en un momento y en un periodo dados, ya que este representa el programa de la sociedad futura, sacado de toda la historia de la lucha proletaria. (Ver extractos de Partido y clase en pag. 8)

 

*   *   *

 

  Ahora bien, en lo que toca a Venezuela esta noción de partido está muy lejos de ser aceptada y comprendida por los dirigentes del chavismo en el PSUV, incluyendo a las diversas organizaciones de la izquierda e izquierda extrema dentro y fuera de él. El partido fundado por el extinto presidente Chávez, es un partido socialdemócrata y electoralista, a la imagen de los partidos AD y Copey que se habían turnado en el poder hasta 1999, así como para los nuevos actores políticos del escenario venezolano, en especial Aporrea.org/Marea Socialista, además del PSL-Chirino; todos claman por un “partido democrático” y “más participación de las bases”, etc.; están a favor de la “democracia en el partido” puesto que infantilmente no se “atan las manos” con programas, reglas de acción, normas tácticas estrictas o inflexibles; por tanto, van tras los fundamentos del oportunismo clásico, socialdemócrata, madre del interclasismo y el reformismo: bellos discursos acerca del socialismo y la revolución que por lo general se manifiestan los fines de semana, y práctica cotidiana en completa contradicción con los postulados comunistas; lo que no tiene mucha importancia porque siempre estarán listos a ceder al menor cambio o movimiento cotidiano; tan oportunistas como los estalinistas de la vieja época, que juran ser “firmes en los principios, flexibles en la táctica”, es decir, “los principios no se tocan, pero en la práctica haz lo que te venga en gana”.

Y dentro de la noción de partido el tema de la táctica es uno de los campos más polémicos y problemáticos de la teoría revolucionaria. Sobre todo porque en realidad la táctica no es más “libre” que el programa, la primera en coherencia estricta con el segundo. Las desviaciones nacen siempre de la táctica a seguir, jamás (o casi nunca) de divergencias que se basen en el programa, los principios, etc. Es cierto que la táctica puede variar, siempre según las situaciones, no de improviso, o por decisión autónoma del vértice o de la base, sino según las grandes líneas dirigentes, conocidas, decididas y enunciadas de antemano. Si admitiéramos el mecanismo democrático en el funcionamiento del partido en cuanto a la elaboración de la táctica, caemos de lleno en la practica socialdemócrata. En los Congresos, los socialdemócratas discutían, se enfrentaban, votaban democráticamente sobre las cuestiones tácticas, casi nunca sobre cuestiones teóricas. Mecanismo o funcionamiento democrático significa que la cuestión de saber si el partido debe ir de un lado o del otro, o si debe utilizar aquella o esta táctica, la resuelve el voto de la mayoría, como en el parlamento.

 

¡Un partido revolucionario no puede tener un funcionamiento parlamentario, menos aún participar en los parlamentos burgueses

 

Aquellos que desean que el partido vaya de un lado, no pueden permanecer en la misma organización que aquellos que quieren que vaya del otro; de lo contrario es la parálisis total. En abril de 1917, Lenin viola la democracia en una cuestión táctica: “si el comité central no esta de acuerdo con la posición que defiendo, llamaré al resto del partido contra el comité central; si el partido no esta de acuerdo, llamaré a la clase obrera contra el partido!”. Respetar la democracia sobre las cuestiones tácticas (remitir al próximo Congreso para que este decida mediante un voto mayoritario la decisión de preparar la revolución, como planteaba Lenin, o apoyar el gobierno provisional, como planteaba el resto) hubiese hecho fracasar la revolución de Octubre.

 

 

Partido comunista internacional

www.pcint.org

 

Volver sumarios

Volver catálogo de las publicaciones

Top