Nota de lectura: un renovado interés sobre la Fracción de izquierda del Partido Comunista de Italia

(1928-1938)

(«El proletario»; N° 30; Septiembre de 2023 )

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En los últimos meses han aparecido, editadas en castellano, varias publicaciones referidas, directa o indirectamente, a la Izquierda Comunista de Italia.

Por un lado, el Grupo Barbaria, publicó (por lo que parece únicamente en formato digital) el texto La táctica de la Komintern de 1926 a 1940 (1) una traducción del texto publicado por Ottorino Perrone (bajo el pseudónimo de Vercesi) en los números 2, 3, 4, 6 y 7 de la revista Prometeo, que desde 1946 hasta 1952 (año de la escisión entre el grupo de Damen y nuestro partido) era la revista teórica del Partido Comunista Internacionalista. Este texto, inédito hasta el momento en castellano, fue republicado en 1976 por las Eidizione Sociali de Venecia, Italia, en formato libro, con una extensa introducción ajena a nuestro partido y con artículos publicados en nuestra prensa sobre la muerte de Perrone en 1957.

 Perrone fue un militante del Partido Comunista de Italia, presente ya en su fundación y durante las duras batallas que la Izquierda libró en su seno hasta llegar al Congreso de Lyon de 1926 y de la Internacional Comunista, tanto contra la reacción fascista burguesa, contra la degeneración de la IC y contra el estalinismo que acabó por expulsar a la Izquierda Comunista de Italia, primero del partido que había fundado y después de la misma Internacional.

Huido de la represión fascista, durante los años que tuvo que permanecer en el exilio, concretamente en Bélgica, desde 1928 participó en el trabajo de la Fracción en el Extranjero del PC de Italia, un reagrupamiento de decenas de militantes de la Izquierda que trataron de mantener viva la tradición teórica, política y organizativa de esta corriente. Posteriormente, al acabar la IIª Guerra Mundial, se adhirió al PC Internacionalista, participando en el trabajo de restauración del marxismo y de reconstitución del partido de clase emprendido por los compañeros que entonces se agruparon en torno al periódico Battaglia Comunista primero e Il Programma Comunista después, cuando la ruptura con la corriente de Damen, por razones que atañían tanto a problemas teóricos, tácticos, organizativos, etc., se hizo inevitable.

La táctica de la Komintern… es un texto que refleja hasta cierto punto los errores y las dificultades, teóricas y políticas, que manifestaron los miembros de la Fracción en el periodo, entre lo más duro de la fuerza ascendente de la contrarrevolución estalinista, de la liquidación de los viejos partidos comunistas que se mantenían en la línea de Marx y Lenin, y la nueva guerra europea acechando en todo momento, en la cual era extremadamente complicado mantener una orientación general sin desviarse de los postulados centrales del marxismo,  más aún mantener esta coherencia en todos los aspectos de la vida política y social en una situación histórica en la que la contrarrevolución burguesa había adoptado el disfraz del estalinismo. Era un texto con el que Perrone, junto a los demás camaradas de la Izquierda Comunista que se habían reorganizado, después de la guerra, en el Partido Comunista Internacionalista, se había comprometido a afrontar los grandes «puntos de inflexión» del proceso degenerativo de la Internacional Comunista en el período histórico que va de 1926 -el III Congreso del Partido Comunista de Italia en Lyon y el Ejecutivo Ampliado de la IC en Moscú, el año que marcó la derrota definitiva de la corriente de la Izquierda Comunista de Italia y la victoria definitiva de la desviación oportunista de la Internacional Comunista-, hasta 1940, cuando estalló la Segunda Guerra Imperialista Mundial, con un proletariado mundial absolutamente impotente para reaccionar ante la implicación nacionalista de todos los países en la guerra imperialista. Las cuestiones debatidas con gran vigor y con posiciones contrastadas en el seno de la propia fracción fueron sobre todo la cuestión rusa, la cuestión china, el «socialfascismo», los Frentes Populares, la guerra civil española, cuestiones todas ellas que enfrentaron a la fracción incluso con Trotsky, con quien a principios de los años 30 hubo un intenso intercambio de opiniones que no condujo a la por Trotsky esperada adhesión de la fracción a su IV Internacional... 

Los militantes de la Izquierda Comunista de Italia se propusieron continuar la denodada defensa de los principios y la perspectiva del comunismo marxista que habían caracterizado a la corriente de Izquierda desde sus orígenes. Para llevar a cabo este compromiso, no queriendo fundar un partido comunista a nivel internacional que se opusiera a la Internacional Comunista (como, por otra parte, había argumentado claramente Amadeo Bordiga en su famosa Carta a K. Korsh de octubre de 1926), se organizaron, empezando a mantener contactos estables entre ellos, en Francia, Bélgica y Suiza. Así, en 1928, en Pantin, un suburbio de París, nació la organización que llamaron Fracción de Izquierda del PCd’I. Pusieron en el centro de sus esfuerzos tanto la defensa de las tesis y de las posiciones políticas y tácticas que habían distinguido a la corriente de izquierda del Partido Comunista de 1921 a 1926, como la defensa de las tesis de la Internacional Comunista de los dos primeros congresos, y la batalla simultánea contra las desviaciones (tesis sobre el frente único político, sobre la aceptación en la IC de partidos simpatizantes, sobre el gobierno obrero, sobre la «bolchevización» de los partidos, etc.)  con las que les había enfrentado la Internacional Comunista de los dos primeros congresos, y la supuesta «construcción del movimiento socialista» (y  la también supuesta ‘construcción del socialismo en un solo país’) se había puesto en marcha un proceso degenerativo de la Internacional Comunista y de sus partidos miembros. Se trata de un texto que trata las grandes cuestiones políticas frente a las cuales los militantes de la Izquierda Comunista que se habían organizado en torno a la Fracción creían que debían defender contra la degeneración de la Internacional Comunista y del Partido Bolchevique que se colocaba a su cabeza. Pero los términos en los que la Fracción había realizado esta defensa, no siempre fueron los correctos, es decir, no siempre guardaron una coherencia total con las posiciones mantenidas por la Izquierda, tanto en la época en que esta estuvo dentro del PC de Italia como en la posterior, cuando es organizó en torno al Partido Comunista Internacional.

Así, cuestiones como el problema nacional-colonial y la guerra, la cuestión rusa o la cuestión china, muestran en varios puntos una gran ambigüedad entre las tesis clásicas de la Izquierda y su método utilizado en la evaluación de las situaciones y las sostenidas por la Fracción como consecuencia de su particular elaboración política. Ello no quita para que en algunas elaboraciones -como la relativa a la guerra civil española- el texto de Perrone estuviera perfectamente en consonancia con la evaluación que de él hacía el propio Amadeo Bordiga.

Normal, por lo tanto, que grupos como Barbaria se hagan eco de un texto cuya principal característica es reflejar, todas juntas, las desviaciones que experimentó la Fracción respecto a las posiciones de la Izquierda y que, por lo tanto, permite un alto grado de ambigüedad y de indefinición, algo característico de una tradición que, por no irnos demasiado lejos, podemos remontar a la revista Socialismo o Barbarie o a la Corriente Comunista Internacional.

Existe otra iniciativa que retoma los materiales de la Fracción del PC de Italia en el extranjero. La Editorial Hermanos Bueso ha emprendido la labor de publicar en castellano todos los boletines de la revista Bilan publicados por la Fracción entre 1933 y 1938 (2). Esta editorial también publica compilaciones de artículos aparecidos en la revista, como los firmados por Melis El problema de la guerra, Los problemas del periodo de transición, etc. Esta publicación de Bilan, única por lo que sabemos en cualquier idioma que no sea el francés, tiene sin duda un gran valor bibliográfico, sobre todo si se tiene en cuenta que esta publicación parece ser (hasta donde hemos podido comprobar) completamente fiel a los originales y que la editorial se ha limitado a publicar cada número en una especie de versión facsímil en la que ni añade ni quita ni comenta nada, algo raro y sin duda honesto. En cualquier caso, el esfuerzo por presentar al público un material de este tipo, por muchas que sean las diferencias que desde el punto de vista político ha mantenido nuestra corriente con las tesis de Bilan, puede arrojar algo de luz sobre el periodo y evitar que las únicas referencias sean algunas como las de la CCI, que siempre ha buscado contraponer en lo esencial a la Fracción con nuestra corriente y que ha hecho de la confusión y el oscurantismo su manera de lograrlo.

La proximidad de ambas iniciativas editoriales, que si bien tienen una naturaleza completamente diferente pueden tener alguna similitud, puede hacer pensar que haya algún tipo de interés, en España, por volver la vista hacia una parte de la historia de grupos de militantes que se reclamaban de la Izquierda Comunista, concretamente al periodo en que la actividad política de la Fracción todavía tenía un cierto peso en los medios comunistas, las diferencias entre las diferentes corrientes permanecían oscuras, etc. ¿Qué valor puede tener hoy en día esta aproximación a la Izquierda?

Este no es el lugar para exponer las posiciones de nuestro Partido mantiene, desde 1952, al respecto de la Fracción y remitimos a los interesados a los textos que al respecto se han publicado en nuestra prensa (4): nos interesa más, en esta ocasión, exponer nuestra visión acerca de los intentos de «redescubrir», «releer», la historia de la Izquierda Comunista de Italia desde una determinada perspectiva.

En 1952, los camaradas que se organizaron, tras escindirse del grupo que seguía a Damen, en torno al periódico El Programa Comunista, lo hicieron con una voluntad militante que muchos de ellos habían experimentado en las cárceles fascistas y en el exilio, pero completamente alejados de cualquier perspectiva de éxito fácil, de un reagrupamiento rápido de las fuerzas revolucionarias fuera y contra los partidos estalinistas y de una reanudación inmediata de la lucha de clases del proletariado. Lejos de esto, la tarea muy clara para el partido de ayer era la necesidad de llevar a cabo un largo trabajo de restauración de la doctrina marxista completamente distorsionada por las fuerzas contrarrevolucionarias, socialistas y estalinistas. Esta tarea pudo comenzar cuando el ciclo contrarrevolucionario que condujo a la derrota de la revolución rusa y a la Segunda Guerra Mundial Imperialista estuvo en cierto modo terminado, de modo que los principales aspectos de la situación mundial que surgieron de la crisis pudieron ser comprendidos más claramente al final de la guerra. La misma lucha contra la falsificación de la realización del socialismo que el estalinismo quería confinar a un solo país, y la afirmación de que la URSS había seguido siendo un Estado proletario y socialista, necesitaba argumentos mucho más claros y evidentes que los utilizados en el período anterior y que sólo un largo trabajo de restauración de la doctrina marxista podía generar. La Fracción de Izquierda en el extranjero prácticamente desapareció en los albores de la Segunda Guerra Mundial: a la fuerte presión ejercida sobre ella por la burguesía y el estalinismo hasta hacer prácticamente imposible su actividad, se unió un estado de ánimo de desaliento y parálisis política debido a la incapacidad del proletariado europeo para reaccionar como clase ante la guerra imperialista. Sólo después del armisticio italiano de septiembre de 1943 algunos camaradas de la Fracción volvieron a Italia y, entrando en contacto con el Partido Comunista Internacionalista (formado por Damen y Maffi ya a finales de 1942) recuperaron la fe en la militancia revolucionaria, encontrando allí a algunos viejos camaradas de 1921. Durante casi una década, las posiciones políticas en el seno del PCI Internacionalista no se aclararon del todo y se mantuvo la confusión en muchos puntos (cuestión nacional y colonial, cuestión sindical, cuestión electoral, cuestión rusa, etc.) que son de vital importancia para el marxismo. Por eso decimos que el trabajo ampliamente realizado por la Fracción fue ante todo un trabajo de defensa de las posiciones fundamentales de la Izquierda, pero no fue -ni podía ser- una evaluación exhaustiva de la naturaleza y las consecuencias de la contrarrevolución estalinista.

Lo que la Fracción hizo desde su formación hasta su disolución, a través de la publicación de Prometeo y Bilan, fue mantener en alto la defensa de las posiciones de la Izquierda Comunista de Italia contenidas en las Tesis de Lyon, última expresión de la batalla que la Izquierda, dirigida por Bordiga, libró contra el estalinismo en el seno del PCd’I. y de la Internacional, pero el alcance de esta defensa no podía llegar a generar los elementos necesarios para desarrollar el balance dinámico de la contrarrevolución. En muchos aspectos, estas limitaciones seguían estando fuertemente presentes en los años anteriores a 1952, cuando coexistían en la misma organización la tendencia Damen y el núcleo del PCInt que debía organizarse en torno al Programa Comunista. Esto también se ve claramente en el texto La Táctica de la Comintern, en el que se sacan a la luz las debilidades de la Fracción y se muestra el límite máximo al que podía llegar su análisis en aquella etapa. Referirse a la Fracción, por ejemplo con la reedición de Bilan, o referirse al texto de Perrone mencionado, si en ambos se quiere buscar algo más que mera documentación historiográfica, es referirse a una formulación política confusa en ciertos puntos y equivocada en muchos otros. Por eso, desde el primer trabajo teórico-político y balance de la contrarrevolución -y con mayor razón desde la formación en 1952 del Partido Comunista Internacionalista-Programa Comunista- queda clara la continuidad del enorme trabajo teórico -y consecuentemente trabajo organizativo- desarrollado desde entonces que se establece en el conjunto de posiciones de la Izquierda Comunista a partir de 1912 y expresadas con particular claridad en el cuerpo de Tesis de la Fracción Comunista Abstencionista de 1920, del PCd’I en Roma en 1922 y de la Izquierda en Lyon en 1926 (5), y no por las posiciones de la Fracción.

Siempre hemos reivindicado la gran fuerza, la gran determinación de los camaradas de la Fracción expresada en la defensa de las tesis marxistas fundamentales en el ambiente más desfavorable imaginable, pero esto no significa que -inevitablemente- la Fracción no cayera en posiciones equivocadas en ciertos puntos.

Pero lo que para los camaradas que ingresaron en nuestro partido era un error a evitar, tiempo después (el oportunismo también es invariable) fue en cambio, para algunos grupos, algo a reivindicar. En la Fracción, precisamente en sus debilidades sobre la cuestión del partido, la revolución rusa, la cuestión nacional y colonial, algunas corrientes encontraron la ambigüedad que necesitaban. Intentaron convertir algunas de las debilidades de aquella época en su piedra de toque, tratando de obtener una referencia histórica como pedigrí. Fue el caso de la escisión de Battaglia Comunista, enraizada en tesis próximas a las de la Fracción sobre la cuestión nacional o la guerra. Pero también ocurre hoy, con grupos como Barbaria que tienen una especial predilección por los aspectos más desastrosos de los errores de la Fracción. En este sentido puede leerse, por ejemplo, su edición de La cuestión del Estado (6), también de Perrone, en la que, de nuevo con la grandeza propia de los militantes que nunca se rinden a pesar de las desviaciones en las que puedan incurrir, hace un análisis de la cuestión del Estado y la dictadura del proletariado a la luz de la experiencia rusa que se aleja por completo de las tesis que la Izquierda viene defendiendo desde hace más de una década.

La falta de una perspectiva histórica completa impidió a los camaradas de la Fracción llegar a un balance completo de la contrarrevolución, y la presión ejercida por la burguesía y sus aliados estalinistas les llevó en cierto modo a buscar respuestas a los problemas candentes del momento (incluidos los del Estado y la dictadura) a través de soluciones artificiales inadecuadas desde un punto de vista marxista. Como en el caso de Perrone, buscando en una especie de codificación estatutaria la respuesta a las cuestiones planteadas por el problema del Estado en la degeneración de la revolución comunista en Rusia y la extensión de la contrarrevolución estalinista.

Pero, como decíamos, lo que entonces se suponía una desviación dictada por la presión del momento y rectificable (que, de hecho, se rectificó) se convierte hoy en carta blanca para grupos de este tipo, que ven como problemas cruciales, sobre los que trazar la línea que divide, no las posiciones de izquierda, sino las del marxismo, del resto de posiciones pseudorrevolucionarias, problemas a resolver apelando a los propios errores de la época.

Las tesis defendidas por Bilan o los artículos de Perrone en el periodo que va de 1926 (desde las tesis de Lyon) a 1952 (formación del Partido Comunista Internacional-Programma Comunista) fueron, precisamente por ser de esa época, pasos en falso que se rectificaron a través del trabajo colectivo y siguiendo el camino de la Izquierda Comunista de Italia, del que sólo se desviaron temporalmente. Esas mismas tesis defendidas, de cualquier modo y por cualquier corriente, se convierten hoy en un error insalvable que distingue a quienes no pueden situarse de ningún modo en la línea histórica de la izquierda porque difieren de ella en lo esencial.

 


 

(1) Puede consultarse en https://barbaria.net/2023/01/09/vercesi-la-tactica-de-la-komintern-de-1926-a-1940/

(2) Su dirección web es https://www.hermanosbueso.com

(3) Para muestra un botón, puede consultarse su libro La izquierda comunista de Italia según el cual la Fracción en el Extranjero habría representado una especie de «corrección» de las tesis de la Izquierda que permitió alumbrar a la propia CCI. De esta manera buscan para sí unas «raíces históricas» al precio de confundir a cualquiera que se acerque a la cuestión a través de ellos.

(4) Ver los artículos Eléments de l’histoire de la Fraction de Gauche à l’étranger (de 1928 à 1935) 1 y 2, en Programme Communist enº 97 y nº 98 respectivamente o nuestro folleto El Partido comunista internacional en el surco de las batallas de clase de la Izquierda Comunista y en el tormentoso camino de la formación del partido de clase, disponible en nuestra página web www.pcint.org

(5) Las Tesis de Roma pueden ser consultadas en castellano en El Programa Comunista nº 26 y en su versión completa (incluyendo la parte dedicada a la cuestión agraria) en nuestro opúsculo Tesi di Roma. Edizioneintegrale, disponible en nuestro sitio web. Para las Tesis de Lyon, pude consultarse El Programa Comunista nº 34-35.

(6) Puede consultarse en la página web de este grupo: www.barbaria.net

 

 

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