Francia: ¡Medios de mierda!

(Suplemento N° 5 de «El programa comunista» N° 47 ; Diciembre de 2007)

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Domingo 25 de noviembre, 2 jóvenes que circulaban en una mini-moto mueren instantáneamente, luego de haber «entrado en colisión» con una patrulla de la policía en Villiers-le-Bel (un barrio proletario entre los miles que conforman la periferia de la capital francesa). Esto provoca  inmediatamente la furia callejera de jóvenes que por pequeños grupos se enfrentan a la policía, destruyen sus locales, apedrean los  comercios, revientan las vidrieras, queman coches y edificios públicos.

La presencia masiva de las fuerzas policiales (mil hombres, helicópteros, etc.) pondrá fin a la rebelión, luego de 3 días de choques y enfrentamientos, lo que impide su extensión a otras ciudades y barrios aledaños, o a todo el país como fue el caso en 2005, donde por hechos similares estallaron en cólera cientos de barrios franceses (1).

La policía, respaldada por los grandes medios, se declaró inocente, afirmando que fueron los dos adolescentes quienes, al no respetar la prioridad (2), se estrellaron contra el vehículo de la policía que se desplazaba lentamente (¡!). Pero, según informaciones paralelas (o censuradas por los medios burgueses), resulta que es la policía la que está implicada directamente en las causas que condujeron al drama del domingo 25 de noviembre. «¡Matan como moscas a nuestros hijos!» decía amargamente uno de los padres de las víctimas, asegurando que «pocas horas antes, la policía le había dicho a los jóvenes que los aplastaría si los volvía a encontrar»... (C.f.. Dailymotion com / Villiers-le-Bel).

 

LAS PUTAS DE LOS MEDIOS (3)

 

Controlada la situación y apagada la revuelta mediante la represión, el 4 de diciembre la radio anunciaba por todas las ondas que en Villiers-le-Bel se realizaba una distribución de pasquines (ya habían lanzado una el 1° de diciembre, sin resultados), en los que se ofrecía una fuerte recompensa a los que pudieran identificar a los autores de los disparos que hirieron a 55 agentes de la policía – hecho excepcional, explicaba en la radio el sindicato de gendarmes, que ha empujado a sus jerarquías a lanzar esta campaña.

Radio France Info, jueves 5 de diciembre, 7h20: esa mañana, el animador de France Info agrega pérfidamente que “a los que den informaciones (léase: soplones) esta recompensa bien puede ayudar a completar la mesa en estas navidades” (4).  Según el comentarista, se da por establecido que todo el mundo es susceptible de venderse, de prostituirse; que todo el mundo está dispuesto a delatar, a traicionar a sus vecinos o compañeros de infancia, en suma, a convertirse en el Judas de una colectividad que acaba de perder a dos de sus hijos. Tememos que se trata más bien del autorretrato inconsciente de una profesión: “las putas de los medios”.  Sin duda que el comentarista sabe perfectamente que estos jóvenes son considerados por la prensa burguesa como un “montón de vendedores de droga”, “ladrones de carros”, “incendiarios”, “tira-piedras”, “integristas musulmanes” (5), a los cuales hay que condenar y destruir, por supuesto, y eso bien vale 30 monedas.

 

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y SU FOBIA CONGÉNITA A LAS HUELGAS OBRERAS Y A LAS REVUELTAS SOCIALES

 

Es archifalso sostener que la puta histérica de Jean Pierre Pernaut (6) es el único en querer imponer en la televisión francesa una mímica y un discurso que expresen eternamente la opinión de Medef  (la asociación patronal más influyente de Francia), que él es el único en mostrar durante los 9 días de la huelga de los ferroviarios (7) una mueca de exultación o desilusión, según y como se fueran desarrollando los eventos, puesto que allí , la mayoría de los comentadores de noticias y periodistas de prensa, radio y televisión, mostraron su primera vocación, su deber de devoción a las “cadenas” (8) que los prostituyen: estos se esmeraron en lanzar una condena preventiva y un cordón sanitario alrededor de esta huelga, empujando literalmente a los transeúntes, en su mayoría usuarios del transporte colectivo, a hacer declaraciones que condenaran las prebendas [los famosos «regímenes especiales»] que gozan esta categoría de trabajadores declarados en huelga; a hacer declaraciones que proclamaran el odio infinito por esta huelga “que no hace sino agravar los dramas familiares”, “que provoca tantos inconvenientes para ir a trabajar, para llevar los niños a la escuela” – el “infierno” que gritaban a todo gañote los medios capitalistas, halando siempre el tendón sensible del drama individual o familiar.

Para que reinen sus amos, estos agentes de la burguesía [«agentes auxiliares de las fuerzas del orden», como escriben los «nosotros incontrolados» en su blog], con derecho gubernamental a deformar la realidad, se lanzan a dividir a la clase proletaria, y a presentar siempre esta realidad desde el punto de vista de los intereses de los grandes capitalistas; y, aquí lo hacen escarbando y azuzando las capas más profundas y primitivas (egoísmo, igualitarismo primitivo, visión inmediata, concreta, factual de las cosas) de la psiquis humana que no es más que el reflejo de la lucha de «todos contra todos»: pilar fundamental de la sociedad burguesa; es allí donde ellos encuentran las preciosas “pepitas”, jurando que el conflicto que opone la mierda al oro es sólo una cuestión de “olor”, una cosa de gustos, que ¡una gota de merdia (léase: medios que aportan mierda en lugar de información) vale su peso en oro!

 

ES EL ESTADO QUIEN MURMURA A LA OREJA DE LAS PUTAS DE LOS MEDIOS...

 

...Y los medios y sus putas no oyen sino la voz de su amo.

Durante estas nuevas revueltas, se puede hacer la misma constatación. Los órganos de la prensa burguesa muestran, con lujo de detalles y pruebas fotográficas, que la policía nada tuvo que ver con el fantástico accidente que costara la vida a los dos adolescentes «temerarios». Entre comillas ¡porque hay que tener un tremendo coraje para arrojarse a toda velocidad contra un coche de la policía claramente identificable! Luego, se debe concluir  que la responsabilidad de la tragedia no puede recaer más que sobre las propias víctimas. Se trata entonces, ¡si señor!, de un doble “suicidio”. O de un “banal accidente”, como acaba de afirmar la “Justicia” ante la prensa.

“Nos mean, y los medios dicen que llueve”, se podía leer en las paredes de Buenos Aires, luego del famoso “corralito”, el más grande asalto financiero cometido por la banca en Argentina. ¡A fin de cuentas, en un crimen cometido por la policía, por el Estado o por los burgueses, los medios no buscan aportar la verdad, sino la conveniencia de esa verdad.

Hace un año, una joven estudiante fue accidentalmente quemada, y desfigurada horriblemente, por un grupo de adolescentes que habían lanzado un trapo empapado en gasolina destinado a incendiar un autobús durante otra revuelta en Marsella.  La «banda» de adolescentes que cometió el hecho acaba de ser juzgada y sus «miembros» condenados a varios años de cárcel, en un proceso altamente mediatizado, puesto que se trataba para las instituciones y los medios de juzgar, ante todo, a «incendiarios» que recuerdan a otros «incendiarios». El calendario judicial ha hecho que este desgraciado caso coincidiera con los enfrentamientos de Villiers-le-Bel, dándole una razón suplementaria a los medios para hacer su propaganda en favor del orden establecido. Las víctimas de la policía, por el contrario, jamás han obtenido tanta solicitud de su parte.

Incendiar un autobus lleno de proletarios es una imbecilidad criminal, pero ello demuestra también que la existencia de organizaciones de clase, y del partido revolucionario, son necesarias para que las energías de la rebelión que animan a las capas oprimidas sean orientadas correctamente hacia el verdadero enemigo de clase, en lugar de desperdigarse y correr el riesgo de golpear a los mismos proletarios.

En otra emisora radial, Radio Monte Carlo (9), durante los primeros choques con la policía en el barrio de todas las desgracias, pasan 24h/24h intervenciones telefónicas de un público bien inclinado a la conservación social, pero, esta vez, uno de sus oyentes (lejos de ser un furioso izquierdista, como él mismo se dice) interviene y afirma haber presenciado gran parte del fatal accidente, señalando que fue la parte derecho-frontal de la patrulla (y no izquierdo lateral como la policía aseguraba) la que se encontraba visiblemente destruida por un fortísimo impacto propinado a no menos de 100 km/h; que la posición del vehículo y la de los mismos cadáveres (¡!) fue modificada expresamente; que este tipo de “mini-motos” tiene un dispositivo regulador de velocidad que reduce los riesgos a menos de 50 km/h. En pocas palabras, sin estos detalles contradictorios, los gendarmes serían disculpados inmediatamente. Pero el Estado vuelve a la carga, y la IGPN (Inspectoría General de la Policía Nacional), en declaraciones no contrastadas por el diario «Le Monde», afirmaba que el deterioro del vehículo fue causado por los jóvenes del barrio que se acercaron al vehículo después del fatal accidente ¡y no antes como otros periodistas de otros diarios comprobarán más tarde! (Cf. Ibid.)

Se puede creer o no en las declaraciones de un oyente entre miles; sin embargo, hay demasiados detalles y circunstancias que muestran las costuras de la tergiversación, las contradicciones, el sesgo y los crapulosos procedimientos que utiliza la prensa burguesa para montar escenas, acompañados permanentemente por el ojo de sus cámaras; ojo controlado desde las más altas instancias del poder de la burguesía. Son medios masivos que siempre están delante de los acontecimientos para mejor deformarlos, y siempre detrás de las bandas armadas del Estado, para mejor justificar la represión que estas aplican a los jóvenes proletarios.

Mejor servicio no pueden prestar: deformar los hechos que alimentan legítimamente aquellas revueltas, deformación que para el burgués es algo casi tan eficaz como un bastonazo en las costillas del proletario rebelde. Se trata, pues, de un servicio que la burguesía necesita para vencer el terror que le produce la perspectiva de ver crecer espirales interminables de violencia y resistencia a sus propios ataques. Así, vemos cómo la difusión de una información veraz se convierte en asunto de Estado... ¡Circulen, circulen, aquí no hay nada que ver!

Estamos plenamente convencidos de que estos dos nuevos asesinatos totalmente gratuitos, ocurridos “bajo circunstancias no del todo esclarecidas”, jamás se esclarecerán. Para nosotros está claro también de que estos jóvenes sufren frecuentemente, y cada vez más, del acoso policial, que va del cacheo minucioso varias veces al día, al pedido de “papeles”, a la provocación gratuita, al ligero pero humillante insulto racista, a amenazas y chantajes, a las esposas ceñidas hasta hacer sangrar los antebrazos, al traslado injustificado a las jefaturas de policía, al encarcelamiento gratuito, etc., etc. Peor todavía, sabemos que, bajo inmensas evidencias, la policía francesa practica una suerte de deporte mucho más sórdido:  la llamada “caza de chusmas” [«chasse aux caillera»] que consiste en empujar a los jóvenes motociclistas a acelerar la marcha hasta que pierdan el control y hacerlos estrellarse contra muros, puentes, zanjas, barandas, etc.  Cabe decir que en muchos accidentes de tránsito periférico, y en donde las víctimas son jóvenes de las barriadas populares, los carros de la policía nunca están lejos...

 

¡VENGANZA DE CLASE!

 

Estos ataques represivos no se van a concentrar sólo en los jóvenes desempleados de los barrios proletarios de la periferia de las grandes ciudades; no van a golpear solamente a los proletarios inmigrantes e indocumentados que viven constantemente bajo la amenaza de las razzias policiales, y de las expulsiones organizadas contra ellos cotidianamente; estos ataques no son más que el comienzo de ataques más vastos e intensos en todos los ámbitos de la vida de todos los proletarios, y que hoy comienzan a trasladarse de estas periferias geográficas y sociales, al centro donde se encuentran los trabajadores de los bastiones industriales más cerrados y protegidos del capitalismo.

Tarde o temprano, estos incendios sofocados, o controlados y mantenidos a débil llama, que van de las huelgas en los centros urbanos a las revueltas juveniles de los barrios, de las luchas de los estudiantes de educación media, a las luchas de los indocumentados y los trabajadores sin techo, sin domicilio, en ellas sus actores se verán empujados a agregarse en forma molecular (la temida ionización social) y los que ayer no podían comprenderse – por ejemplo, obreros indígenas y emigrados, estudiantes y jóvenes de barrios insurreccionales, precarios, desempleados y la llamada “aristocracia de la clase obrera”, etc., mañana, la misma necesidad de la lucha los llevará feliz e inevitablemente a unirse.

Pero para que los futuros ataques capitalistas no nos caigan de sorpresa, y para contrarrestarlos, desde hoy, hay que comenzar a preparar pacientemente, y en todos los terrenos, a las fuerzas políticas y sociales de clase y sus herramientas, a organizar las chispas que siempre se desprenden de las  luchas pasadas, y cuyo grado e intensidad son hoy extremadamente débiles y dispersas, faltando desgraciadamente el partido obrero marxista, cuyo rol es precisamente de unificarlas, centralizarlas y dirigirlas hacia una lucha común.

Los policías asesinos jamás serán traducidos a la “Justicia” que Sarkozy promete solemnemente infligir a los jóvenes rebeldes. La justicia burguesa no puede tipificar un “crimen” de masas, entonces llora impotente y castiga con todas sus fuerzas al frágil individuo. ¡Pero esta injusticia de clase prepara la venganza proletaria, es decir, la lucha de clase revolucionaria, no sólo contra la policía y las putas de los medios, sino también, y sobre todo, contra sus amos, los burgueses, y contra el capitalismo!

Son, pues, tan inevitables como necesarios el choque cuerpo a cuerpo, la sangre, los heridos, los muertos, los accidentes sospechosos, la justicia de clase y la prensa de los capitalistas, en la guerra de clase. Estas muertes no serán lloradas en vano, ellas aumentarán el odio de clase y, en el año cero de su revolución, los proletarios se las cobrarán en céntuplos a los capitalistas y sus sirvientes.

 

¡Libertad sin condiciones para todos los proletarios rebeldes encarcelados desde Octubre de 2005!

¡La clase proletaria es la clase proletaria revolucionaria!

¡Hoy más que nunca es necesaria la constitución del proletariado en clase, por lo tanto en partido político revolucionario!

¡Por la Internacional de los comunistas revolucionarios!

¡Proletarios de todos los países, uníos!

 


 

(1) Cf. «¡La cólera y la violencia proletarias de los suburbios franceses anuncian las futuras tempestades sociales!», «el programa comunista», n° 46, pp. 52, diciembre de 2005.

(2) Los «amigos de lo negativo»  precisan lo siguiente:: “1) [Si] hubiese sido  una cuestión de prioridad a la derecha [...] entonces que se nos explique CÓMO Y POR QUÉ  [mayúsculas en el original] la moto y la “caja de pollos” se encuentran entonces a más de 60mts del lugar del choque... entiéndase que [los policías] iban lentamente. ¿No sería obra de un ventarrón?[...] [Al observar el estado en que quedó] el mismo parachoques, tenían que haber ido a toda mecha... [...] [Estos es los que] Las familias y amigos de los dos chamos QUISIERAN COMPRENDER, así como toda la gente que se encuentra enfurecida contra esta manipulación merdiática, [...] y nosotros mismos, por supuesto.  (Firma: Les amisdunégatif nosotros incontrolados overblog com)

(3)  “Las putas de los medios” es el título de un libro escrito por José Santos Roz, Ed. Universidad de los Andes; en él se examina y se denuncia el rol de corresponsabilidad de los medios burgueses de Venezuela con los hechos que condujeron, en ese país, al golpe de Estado fallido de abril de 2002.

(4) En efecto, este viernes «la policía ya había recibido un centenar de llamadas al teléfono que esta había habilitado, cuatro días antes, a fin de recoger testimonios que permitan identificar a los autores de los disparos contra los policías en Villiers-le-Bel, durante las noches del 25 al 27 de noviembre»... («Le Monde», 9-10 de diciembre, pp. 9).

(5) Cf. “Villiers-le-Bel, Le Mirail, l’Etat d’exception dure”, paris.indymedia org, / nosotros.incontrolados.over blog com

(6) J. P. Pernaut es uno de los animadores estrellas en la red francesa de televisión TF1, empresa estatal privatizada durante el reino “socialista” de François Miterrand. Durante la huelga de transportes, Pernaut se destacó por sus constantes burlas y mala fe en la apreciación de esta huelga, «no hemos maltratado a la huelga, hemos hecho nuestro trabajo [trabajo que se parece mucho al de maltratar a una huelga, NdR]» declaraba en Europa 1, radio filial a TF1,  (Cf. «Le Canard Enchainé», 28/11/07, pp. 1) lo que provocó una fronda de críticas de los sindicalistas y trabajadores del transporte. Este animador de noticias, así como la línea directiva del canal de televisión donde trabaja, se caracteriza por un discurso del que la peor televisión - de un perdido país de un improbable “tercer mundo” - nada tiene que envidiarle: chauvinismo y patriotismo llevados al paroxismo, impostura, calumnia, tergiversación, abusos en la publicidad proyectada a los telespectadores, lobbys y connivencias con el poder, recurso omnipresente de la vulgaridad en todas sus variedades, etc., etc.

Detrás de esta potente emisora de televisión se encuentra Martin Bouygues (Bouygues Telecom, Alston, TF1, etc.), gigante y rey del cemento (la primera industria victoriosa y beneficiaria de las guerras) a nivel mundial, y principal accionista de la «casa de carpintero» Bouygues BTP.  “La casa de carpintero construida por Martin Bouygues parece más bien un palacio. Con beneficios que superan los 1,1 millardos en los últimos 9 meses, hoy el grupo apuesta más que nunca a la estrategia de multipolaridad (léase: diversidad) de sus actividades, donde cada piedra contribuye a la belleza del edificio”, laudan en el diario económico francés “Les Echos” (6/12/07, Des briques en or, pp 47).

(7) Cf. “Francia: las direcciones sindicales preparan la derrota de los ferroviarios” / “Francia: las direcciones colaboracionistas se confabulan para hacer abortar la lucha”. Publicados en kaosenlared.net, y en indymedia.org (argentina-venezuela-colombia-chile).

(8) “Cadenas” es un juego de palabras: en francés [“chaînes”] también quiere decir canales de tv.

(9) Radio Monte Carlo es una poderosa radio y tv comercial que transmite desde París y desde el Principado de Mónaco, («nación» teóricamente independiente) y que, durante toda la huelga de transporte, no se cansó de mentir y vituperar a los huelguistas, haciendo el mismo trabajo de monsieur Pernaut y los entrevistadores en las estaciones de trenes. Igual tratamiento le infligió a los jóvenes que con toda la razón la agarraron con sus colegas in situ. Por lo tanto, la declaración de este fortuito radioescucha era sólo la excepción que confirma la regla que rige en la mayoría de las radios francesas...

 08/12/2007

 

 

Partido comunista internacional

www.pcint.org

 

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