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¡Solidaridad de clase con los trabajadores antilleses en huelga general!

 

Luego de 4 semanas de huelga general en Guadalupe y de 10 días en Martinica, la lucha de los trabajadores antilleses entra en una fase difícil.

El gobierno francés rechazó el proyecto de otorgar un aumento general de salarios lanzado por los sindicatos y los patronos. El secretario de Estado para los departamentos de Ultramar (dulce eufemismo para reemplazar "dominio colonial", NdR) quien había abandonado las negociaciones para regresar a París y volver con la policía (Gendarmes Mobiles), declaraba que haría respetar el "Estado de derecho" - es decir, el derecho de los capitalistas a explotar a los proletarios - en la isla. Los legisladores isleños del PS, luego de haber propuesto que la región acordase una prima de 100 euros, durante algunos meses, a los trabajadores de más bajos salarios (en lugar de un verdadero aumento), piden ahora "suavizar la huelga general". En Martinica el PS (izquierda) y la UMP (derecha) ya han llamado a "aflojar el yunque de la huelga".

Está claro que estos partidos burgueses, así como las autoridades de la isla, esperan el cansancio de los huelguistas luego de tan largos esfuerzos y movilizaciones, tanto como el miedo que pueda cundir en los trabajadores a que los policías acaben con la huelga. Es bueno recordar que en 1967 un gran movimiento de lucha en Guadalupe había sido aplastado por una bestial represión del régimen De Gaulle, ocasionando 87 muertes.

El colectivo "Lyannaj Kont Pwofitation", que reúne una multitud de organizaciones de diversos horizontes, y que se encuentra a la cabeza del movimiento, ha mezclado las reivindicaciones proletarias elementales a reivindicaciones de tipo reformista, lanzando un llamado interclasista de unidad del "pueblo de Guadalupe", de obreros a campesinos, y hasta "empresarios". En su declaración del 14 de este mes, después de admitir que había dado concesiones sobre las reivindicaciones salariales, el LKP afirmaba que "los patrones guadalupeños, conscientes del rol que juegan en la economía de su país, decidieron rebelarse contra las organizaciones que se suponen los representan (MEDEF, CGPME) y organizarse con el fin de buscar soluciones a las reivindicaciones de sus asalariados"

Los patronos, guadalupeños u otros, no viven más que de la explotación de sus trabajadores: no se puede luchar contra la pwofitation (explotación) pactando con los explotadores!

 La reivindicación movilizadora central, aquella por la cual los trabajadores, única fuerza motriz del movimiento de lucha actual, se lanzó a la huelga, por tanto, es la reivindicación proletaria contra el patronato de un aumento general y uniforme de 200 euros de salario, jubilaciones y otras prestaciones sociales. Esta unión popular interclasista no puede ser sino otra brecha por la que los adversarios de clase buscarán hacer fracasar la lucha.

Si el gobierno sostiene a los patronos antilleses en su intransigencia y rechaza incluso dar algunas migajas a los proletarios antilleses, mientras que estos se movilizan por miles para venir a socorrer a las empresas capitalistas, es porque teme que una victoria de la huelga tenga un efecto multiplicador y empuje a la lucha a otros trabajadores, no sólo a los de los otros departamentos de Ultramar  (La Reunion, Nueva Caledonia, Guyana), sino también a los trabajadores de la metrópolis francesa: si así como se ve la situación de los proletarios de las Antillas es peor que la de sus hermanos de clase de Francia (desempleo endémico, bajos salarios, precios más elevados), en realidad estos últimos se encuentran frente a los mismos problemas, y a la misma explotación; y disponen de los mismos medios de lucha: la huelga ilimitada y general, reconducible por medio de las asambleas generales de los trabajadores y sostenida por piquetes de huelga - al mismo tiempo que se evita la trampa del interclasismo.

No cediendo a las reivindicaciones de los proletarios de las Antillas, el gobierno francés está significando que tampoco cederá a las reivindicaciones de los trabajadores de Francia metropolitana.

Sobre esta línea, el gobierno ha recibido el apoyo implícito de las organizaciones y los sindicatos reformistas. Tanto así que la gran unión sindical que organizó la jornada de acción - la válvula de escape del 29 de enero -, se cuida bien de expresar la menor solidaridad, incluso verbal, con los huelguistas guadalupeños; para este verdadero Frente Único de colaboracionistas antiobreros, es preciso ante todo evitar una lucha proletaria real: evocar sólo la huelga general en Guadalupe podría dar malas ideas a los trabajadores... En cuanto a Martine Aubry, la secretaria del PS, luego de haber declarado temer una extensión del movimiento antillés hacia Francia, afirmaba, hace poco, en una entrevista al diario "Le Parisien" (13/2/2009) ¡"hay que buscar por todos los medios de que eso no ocurra"

Frente a un gobierno que ha decidido no ceder nada a los trabajadores, frente a las maniobras de los partidos y organizaciones reformistas, los proletarios antilleses no pueden contar sino con la solidaridad de clase de los proletarios de las metrópolis; ¡y esta solidaridad no puede concretarse sino con el inicio de la lucha verdadera de los proletarios por la defensa de sus intereses de clase!

Los trabajadores antilleses han mostrado la vía: su lucha no es la de un pueblo de una isla en particular, ella debe convertirse en una lucha de todos los trabajadores. Como hace 40 años, ¡que su lucha sea un presagio de la reanudación de la lucha general de los proletarios de la Francia continental!

 

¡Viva la huelga general de los trabajadores de las Antillas!

 

Partido Comunista Internacional

15 février 2009

www.pcint.org

 

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