Huelgas en Francia: ¡Solo una orientación y una dirección de clase pueden hacer triunfar la lucha!

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¡Solo una orientación y una dirección de clase pueden hacer triunfar la lucha!

Después de más de un mes de luchas y huelgas, el gobierno ha reafirmado claramente que no tiene la intención de ceder en lo esencial de su ofensiva; eximiendo por supuesto a la policía ya que necesita sus fuerzas de represión para atacar los piquetes en la RATP y gasear a los manifestantes. Pero lo mismo hizo con respecto a los conductores de camiones, los pilotos, para evitar que se declaren en huelga, temiendo un bloqueo del transporte en todo el país.

Esto demuestra que es posible hacerlo retroceder, a condición de que los trabajadores establezcan una correlación de fuerzas que les sea favorable: son ellos quienes, por su trabajo, hacen girar la economía; son, por lo tanto, ellos también quienes al cesar el trabajo pueden bloquearla (y de repente detener la producción de ganancias para los capitalistas).

Esta perspectiva no es una utopía: en Finlandia, en noviembre pasado, los trabajadores postales en huelga durante 2 semanas contra los recortes salariales de algunos de ellos, salieron victoriosos luego de haber recibido el apoyo de huelgas en otros sectores, además de la amenaza del bloqueo total de la actividad económica del país por huelgas en los puertos y una huelga general en solidaridad con su lucha.

Los huelguistas de la SNCF, RATP y otros sectores muestran una determinación ejemplar y un espíritu de lucha. Pero frente a un gobierno respaldado por todos los patronos cuyos intereses expresa, esta determinación y este espíritu de lucha son insuficientes en sí mismos, si la dirección de la lucha sigue en manos de las direcciones sindicales colaboracionistas. A pesar de todas sus bellas palabras, estos últimos no han hecho nada concreto para expandir el movimiento y romper el aislamiento de los huelguistas. Peor aún, después del éxito del día 17 de diciembre y aunque rechazaron con gran ruido la "tregua navideña" solicitada por el gobierno, se fueron de vacaciones hasta el 9/1, abandonando a su suerte a los huelguistas, al mismo tiempo que desmoronaba la movilización en acciones locales; acciones con un alcance inevitablemente reducido. Hoy (3/1), la intersindical llama a hacer lo que no ha hecho en un mes: "amplificar la movilización y la huelga para ganar". Y para eso no encuentra otra forma que llamar al "debate, (...) organizando reuniones generales (...), las condiciones para el éxito del 9 de enero y sus consecuencias". Esto es solo el comienzo, continuemos con el debate... Si el sindicato no ofrece nada serio para "amplificar la movilización y la huelga", sin embargo toma muy en serio las innumerables reuniones de negociación con el gobierno – en las cuales los líderes sindicales han estado participando durante meses y meses.

La política derrotista del aparato sindical en las luchas de los trabajadores es la consecuencia inevitable de su práctica de colaboración de clase. Como la huelga de los trabajadores ferroviarios de Châtillon había demostrado por enésima vez este otoño, siempre anteponen el diálogo social a la solidaridad proletaria y a la lucha de clase. Sin embargo, los trabajadores y los patronos, los capitalistas y los proletarios, no son "interlocutores sociales" que dialogan para llegar a un supuesto "interés general"; son adversarios de clase entre los cuales no puede haber sino la lucha – lucha que la burguesía y su Estado y todos sus especialistas, su propaganda y su aparato represivo, mantienen permanentemente en defensa de sus intereses. "Diálogo social" significa traicionar los intereses del proletariado y de todos los explotados.

Para resistir y vencer en esta lucha permanente, la ruptura con el pacifismo social de los aparatos colaboracionistas es esencial. Los trabajadores no deben confiar el destino de su lucha a los grandes organizadores de sus derrotas – las direcciones sindicales –, sino más bien organizarse para ser sus protagonistas y líderes. En muchos lugares han aparecido comités de huelga, asambleas generales interprofesionales e incluso grupos de coordinación. Sin embargo, estas formas de organización en la base de los huelguistas no jugarán realmente su papel si no adoptan los métodos y medios de lucha clasista, con el objetivo de dar una dirección de clase al combate, en lugar de ser los ejecutores de la desastrosa política de las direcciones sindicales.

¡Por la organizacion y lucha fuera de las influencias burguesas y colaboracionistas!

¡Por la lucha decidida y general contra todos los ataques contra los trabajadores!